En el ajedrez, como en
cualquier otro juego, a medida que una partida avanza, y que los contrincantes mueven
ficha, puede ésta decantarse claramente en favor de alguno de ellos, pero
sabemos que hasta que no termina siempre existe la posibilidad de un desenlace
inesperado. Basta con que el rival que ha conquistado la ventaja se confíe y
cometa un error, o que un extraordinario juego lo ponga bajo presión provocando
así el error. También en el tenis se diferencian los errores forzados y los no
forzados. De hecho, sólo el error no forzado puede considerarse realmente “error”,
pudiendo ser el no forzado una buena acción ante una ofensiva brillante
superior. Todos tenemos seguramente en la memoria alguna increíble remontada,
cuando ya el encuentro parecía visto para sentencia. En esa situación
desesperada se encuentra la llamada tercera vía, a la espera de encontrar la inspiración
del juego brillante, o de un milagro.
En el conflicto político entre
el Gobierno español y Cataluña por el derecho a decidir, la opción federal
propuesta por los socialistas españoles y catalanes ha entrado plenamente estos
últimos días en lo que parece ser un callejón sin salida. De no mediar una
enorme sorpresa en lo que queda de verano hasta la Diada del próximo 11 de septiembre –un cambio radical de actitud
del Gobierno español, por ejemplo-, puede considerarse agotada. 4 son los
acontecimientos (las acciones de nuestro juego) recientes que, en mi opinión,
han dado la puntilla a la vía federal. Los resumo por orden cronológico.
1/ El relevo de Pere Navarro al
frente del PSC. Los dos últimos años del PSC han sido un auténtico desastre,
con la pérdida de escaños tras las elecciones del 25 de noviembre de 2012, la
consiguiente pérdida de influencia y liderazgo, y su salida del bloque
catalanista –así se ha juzgado desde el catalanismo en cualquier caso-, al que
siempre ha estado vinculado desde 1978. De gobernar en el tripartito, ha pasado
a formar parte de otro tripartito, “españolista”, junto con el PP y Ciutadans,
club de la vergüenza para toda formación catalanista que se precie. Con tal
balance, era posible esperar un cambio de rumbo del PSC, bajo el liderazgo de
Miquel Iceta, en dirección de las posiciones defendidas por los partidos que
defienden el derecho a decidir de los catalanes, dejando así solos en su
planteamiento hostil a la consulta tanto al PP catalán y a Ciutadans, como al
propio PSOE. La soledad en que habría dejado a los primeros, y la presión
ejercida sobre el segundo, habrían conllevado probablemente un
reposicionamiento de los unos y los otros. Al no moverse Iceta de la línea
marcada por Navarro, el PSC ha fragilizado ciertamente el bloque catalanista,
pero también la vía federal, al no ejercer sobre el PSOE presión alguna y
permitir que éste se instale en una posición cómoda, conformista y débil.
2/ El procedimiento de elección
de un nuevo secretario general en el PSOE también ha arrojado un resultado que
podemos considerar negativo para la vía federal, en el sentido en que no parece
haber permitido cambiar nada en el equilibrio de fuerzas entre gobierno español
y oposición. De los 3 candidatos, era sin duda Pérez Tapias el que mejor
encarnaba el cambio socialista y federalista, pero la militancia ha votado muy
mayoritariamente a los dos candidatos continuistas, y elegido finalmente a
Pedro Sánchez, candidato que no encarna desde luego ni el giro socialista ni mucho
menos el federalista. La elección de Sánchez ha sido desde luego una buena
noticia para Rajoy, pues muy probablemente no tendrá en él a un líder de la
oposición especialmente duro y combativo.
3/ El tercer acto lo hemos
presenciado hace apenas unos días durante el encuentro del Presidente Rajoy y
el nuevo líder de la oposición, Pedro Sánchez. De este encuentro quedan dos
impresiones claras e importantes para lo que aquí nos interesa. Primero, el
acuerdo total entre los dos líderes sobre el carácter innegociable de la soberanía
española y la imposibilidad de permitir la celebración de la consulta catalana.
Segundo, la negativa cortés pero firme del Presidente Rajoy a la reforma
constitucional en sentido federal. Rajoy es dueño de la reforma, pues sin el PP
es imposible llevarla a cabo, y es consciente de que su negativa no se verá
además contratacada por un cambio repentino de posición del PSOE respecto de la
consulta (del estilo: si no hay reforma constitucional, nos plantearíamos
apoyar la consulta), lo que dejaría al PP en una incómoda posición. Para eso
haría falta un PSOE atento a la realidad social y política del país, agresivo y
dispuesto a librar batalla para reconquistar su antiguo liderazgo. Ese PSOE no
existe hoy.
4/ Del encuentro entre Rajoy y
Mas no se esperaban grandes sorpresas, y no las ha habido. La posición firme de
Rajoy ante la propuesta de reforma constitucional del PSOE no dejaba presagiar
una actitud más flexible ante la consulta catalana, y el encuentro lo ha
confirmado. Firmes los dos en sus respectivas posiciones, Rajoy no quiere oír
hablar de consulta, y Mas no entiende dar marcha atrás. Habría sido interesante
ver la reacción de Mas ante una propuesta de Rajoy de reforma federal de la
Constitución. El próximo capítulo en septiembre.
Los acontecimientos se han
producido más o menos según lo esperado, cada uno manteniendo el nivel de juego
mostrado hasta el momento, pero podrían haberse dado de otra manera. Creo que si
el PSC hubiese recuperado su lugar en el catalanismo, es decir con los
promotores de la consulta, cual juego de dominó, las piezas se habrían
probablemente visto arrastradas de otro modo. El PSOE lo habría tenido mucho
más difícil, pues o bien habría tenido que romper con el PSC o bien habría
tenido que seguirlo en su reposicionamiento. En cualquiera de los dos casos, el
equilibrio de fuerzas habría cambiado, y quizás de manera determinante. Aunque
me parece poco probable, no hay que descartar que un reposicionamiento del PSC
en el bando pro consulta generase también un reposicionamiento federalista
dentro del PSOE, abandonando ese federalismo tibio que ha defendido hasta la
fecha sin demasiada convicción por un federalismo auténticamente plurinacional.
Creo que en ese caso, nunca un líder del PSOE habría aceptado sin protestar, como
lo ha hecho Sánchez, y sobre todo sin contratacar, la negativa de Rajoy a la
reforma federal de la Constitución. La presión que habría podido ejercer el
PSOE sobre el Gobierno de Rajoy podría haber sido definitiva: o reforma federal
de la Constitución o te quedas solo ante la consulta. Juego valiente, de
ataque. Quizás en ese caso Rajoy hubiese tenido algo que proponer a Mas cuando
se vieron el 30 de julio.
Sea como fuere, y salvo enorme
sorpresa, el verano acabará con la Diada a
la vuelta de la esquina. Hasta entonces, sin la presión del PSOE, y éste sin la
del PSC, el Gobierno del PP no moverá ficha, y todos tan felices, unos
vendiendo humo federal (sin la reforma constitucional no es más que humo),
otros frotándose las manos al ver que todavía siguen por delante del PSOE en
las encuestas, mientras que al PSOE le empieza a pasar por la izquierda
Podemos... Anda el PSOE demasiado preocupado por el humo que vende, y no ve que
se está quemando su casa. La vía federal que ha propuesto la ha enterrado él
solito.
Para que algo cambie, parece
que ya sólo queda la presión que puedan generar la consulta y sus promotores. Parece que la
vía federal ya sólo depende del éxito que pueda tener la vía catalana.
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