martes, 29 de diciembre de 2015

Política 5 - Ciencia 0. ¿Por qué pierde por goleada la ciencia? (1)



Hay temas en los que lo que la ciencia nos dice y explica no se tiene en consideración. Es más, el discurso político consigue incluso hacernos creer que lo que la ciencia dice es falso, y por eso no se ha de tener en cuenta. Ejemplos claros de esto son las conclusiones científicas obtenidas en los últimos 20 o 30 años en cuestiones relacionadas con el nacionalismo y el federalismo. Veamos brevemente algún ejemplo concreto.

Nacionalismo: los estudios científicos llevan años explicando que al lado del clásico nacionalismo subestatal existe desde el inicio de nuestra modernidad política (desde las revoluciones liberales de finales del siglo XVIII) un nacionalismo de Estado. Eso ha sido así y lo sigue siendo. Para botón de muestra, la reacción ante lo que se han podido considerar ataques (el famoso enemigo que necesita el nacionalismo), desde fuera (atentados en EEUU o recientemente en Francia) o desde dentro (el proceso catalán), a los valores nacionales y hasta a su unidad, entendida ésta en el caso español (agárrense que vienen curvas) como pre-política, esto es fuera de cualquier negociación o pacto que pudiere alterarla, siempre en sentido de “menguarla”, pues el discurso político así lo entiende: la nación puede tener bebés o adoptar (otros territorios) pero no amputar una parte de su ser.

Si esto se sabe (o debería saberse, pues hay cientos de páginas científicas al respecto), no se entiende que se sigan escribiendo libros, artículos de prensa, etc., en los que el simple hecho de que exista un nacionalismo de Estado o se ignora o se niega directamente. Es así como, por ejemplo, el término nacionalismo para cualquier ciudadano español remite al nacionalismo catalán, vasco o gallego, y nunca al español. Normal, pues es lo que el discurso político que encontramos en muchos libros (aparentemente serios), periódicos, radios, teles, etc., explica a los ciudadanos. En otras palabras, lo que explican es bullshit, ni más ni menos. Y tal cual se la traga (con perdón) el ciudadano. Para este último, el discurso científico es poco menos que el discurso de iluminados gafapasta que no se han enterado de la misa la mitad. Normal, por otro lado, pues no son creyentes. Política 5 – Ciencia 0.

Federalismo: los estudiosos del federalismo han podido explicar en los últimos 20 años cómo el nacionalismo de Estado ha afectado profundamente los valores y fines propios del federalismo. Al ser aquel el modelo político dominante (un Estado, una nación), a él ha tenido que adaptarse el federalismo. Esto es algo que se pasa por alto en un gran número de comentarios y análisis aparentemente serios que nos dan a entender que si hoy tuviésemos que crear un sistema federal habría que copiar el modelo de federalismo adaptado al nacionalismo de Estado (¡curioso en un mundo que proclama y vende el post-nacionalismo!), en vez de, no sé, por ejemplo, tratar de ver si no sería preferible (porque mejor adaptado a la realidad que habría de regular) a ese modelo ideológico un modelo diferente que tenga en cuenta, por ejemplo, todo aquello a lo que el federalismo ha ido renunciando en su larga historia de adaptación al nacionalismo de Estado. Por ejemplo, un modelo constitucional pactista (compact federalism norteamericano). Por ejemplo, la idea inicial según la cual en una federación, lo que encontramos son Estados, y no entes territoriales subordinados políticamente a un Estado central. Por ejemplo, por cierto: la idea misma de que en una federación pueda existir algo parecido a un Estado central. Y un largo etcétera.

Si sobre esto también se han escrito muchas páginas científicas, la impresión es que el discurso político las ignora, cuando no las niega. Y es así como nos encontramos políticos e intelectuales (nacionalistas que se ignoran) que nos hablan maravillas del único federalismo que son capaces de ver y apreciar: el federalismo adiestrado por el nacionalismo de Estado. Y es así también como nos encontramos con “federalistas” europeos que, sin darse cuenta quizás, nos pintan un federalismo para la UE que se parece mucho al federalismo de Estado nación al que antes me refería. Y es así como también, y en contra de evidencias empíricas numerosas e irrefutables (amén de cuestiones de lógica federal en las que no entro, aunque se debería) se sigue explicando que el sistema español es federal. Y el político tan contento, pues gana él. Pierde de nuevo el discurso científico. Política 5 – Ciencia 0.

Pierde la ciencia por goleada.

A lo mejor esto explica por qué entre los obreros de la ciencia, muchos prefieren adoptar el discurso ganador: el discurso político.

      
   

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